En nuestra siguiente entrega de Lecciones de marketing, vamos a abordar, como no podría ser de otra manera en estas señaladas fiestas, una película navideña. Nos hemos decantado por Family Man, ya que no siendo aún una de las clásicas de esta época del año, sí tiene los suficientes años y a un controvertido actor como protagonista, Nicolas Cage, para ser recordada por muchos y emitida por algún canal, sin falta, cada Navidad.
La cinta narra las particulares navidades de Jack Campbell, un narcisista bróker de Wall Street, cuya única obsesión en la vida es el trabajo y mantener su lujoso estilo de vida. Sin embargo, su existencia va a sufrir un gran cambio tras un incidente durante la Nochebuena. Al día siguiente se despierta viviendo una vida alternativa: en New Jersey, casado con su antigua novia Kate (Téa Leoni), con dos hijos y trabajando para su suegro como vendedor de ruedas para automóviles. Una vida, en definitiva, totalmente diferente y muy lejos del lujo y las extravagancias de su anterior vida.
Además de las enseñanzas morales que la cinta pretende transmitir, hay varias lecciones que podemos sustraer de ella. Las más reseñables son:
- Adaptación: cuando Jack es consciente de que ha perdido su vida anterior y que no sabe cómo hacer que vuelva a ser todo como antes, adopta una actitud negativa y de resistencia al cambio. Se muestra de una manera inflexible ante cualquier elemento que tenga que ver con su vida actual, rechazando incluso la posibilidad de conocer los pormenores de su nueva situación. Es en el momento en el que comienza a aceptar el cambio y la idea del no retorno, cuando comienza a apreciar detalles y ventajas, y a trabajar para mejorar todo aquello que no le gusta o que considera que debe cambiar. También en el mundo empresarial, la resistencia al cambio conduce a situaciones de estancamiento y paralización. Cuando esta actitud proviene de la dirección, es muy fácil que se extienda rápidamente de manera implacable por todo el organigrama, creando un ambiente poco estimulante y reacio a las críticas y a la mejora continua. Cuando hablamos del departamento de marketing en concreto, este tipo de conductas son uno de los grandes peligros a evitar. Hemos de estar siempre abiertos a la innovación, al cambio continuo y a la adaptación. El marketing es evolución continua en busca de nuevas necesidades, y para ello debemos estar siempre renovándonos.
- Escucha activa: Jack pasa de ser un soltero empedernido que huye del compromiso a estar casado y con dos hijos en, literalmente, un abrir y cerrar de ojos. Los primeros días no es capaz de salir de su asombro, y debido a que su trato anterior con niños era nulo, apenas es capaz de comunicarse con sus “nuevos hijos”. La mayor, Annie (Makenzie Vega) de 7 años, se convertirá en su gran aliada, ya que descubrirá rápidamente que Jack no es su verdadero padre, pero le enseñará poco a poco y con paciencia, a convertirse en él. Cada equipo, al igual la familia de esta película, consta de diferentes miembros, cuyas opiniones y experiencias puestas en común se convierten en un enriquecedor poliedro que nos acercará distintos puntos de vista. Cuando se trabaja en equipo, como suele hacerse en marketing, la escucha activa y la participación de todos los componentes de un equipo aporta un gran valor añadido a nuestro trabajo.
- La dirección como pilar estabilizador: Tenemos a un protagonista asustado, inmerso en una situación completamente anómala y a la que no sabe cómo responder. Una casa y unos hijos desconocidos y una mujer que no ve desde hace años y que dice ser su esposa. Sin embargo, es este personaje, Kate, la que se mantendrá impertérrita marcando en cada momento el rumbo y dirigiendo a su familia de manera firme y sin fisuras. Este rol es sumamente importante cuando hablamos de equipo y especialmente cuando es el de marketing. Al ser un grupo multidisciplinar, proveniente de diferentes ámbitos académicos, la función de dirección debe ser desarrollada por una persona que sepa en todo momento liderar manteniendo al equipo unido y sabiendo dar importancia a cada uno de los perfiles que lo integran. Debe ser un referente al que cada miembro sabe que puede recurrir y que siempre responderá por ellos. De este modo, el grupo trabajará con confianza y una actitud positiva ante las desavenencias o conflictos que seguro surgirán.
Estas son algunas de las lecciones que encierra esta historia, aunque os invitamos a descubrir otras tantas, mientras disfrutáis de esta ya típica película de Navidad. Nosotros os deseamos unas felices fiestas rodeadas de la mejor compañía. Os esperamos en la siguiente entrega y os recordamos que si, entre vuestros propósitos de año nuevo está plantearos nuevos retos empresariales, estaremos más que encantados de formar parte de ese proceso.
Felices fiestas y feliz año nuevo desde Marquid.
Directora de cuentas