Siguiendo con la metodología de trabajo de nuestro modelo ADIS llegamos a la tercera fase, que se corresponde con la IMPLEMENTACIÓN.
En anteriores post de MarQuid Consulting ya hemos explicado la importancia de hacer un buen análisis para recabar toda la información posible que sirva como base de un diseño que incorpore las acciones más indicadas para la consecución de los objetivos marcados.
La tercera fase es la parte de marketing operativo, la parte de la acción o trabajo de campo. En esta fase es cuando se pone toda la carne en el asador para que todos los esfuerzos llevados a cabo en las fases anteriores se vean recompensados, por ello es tan importante poner a la cabeza de este tipo de proyectos a agencias o responsables con amplia experiencia.
Los aspectos más importantes en esta fase sin ninguna duda son la planificación y el control.
Siempre ha de haber una persona que sea responsable general de todas las acciones, quien a su vez designará responsables de la ejecución de diferentes labores. El responsable siempre ha de estar identificado, para que en todo momento puedan acudir a él aquellas personas que lo necesiten. Esta persona ha de ser la encargada de coordinar a todos los implicados en el proyecto así como velar por el cumplimiento de los tiempos.
Dependiendo del tipo de acción que haya que poner en marcha se suelen emplear unas u otras herramientas de planificación: en los eventos se suelen utilizar las escaletas, que son documentos en los que se recoge minuto a minuto lo que tiene que pasar, quién tiene que hacer qué y con qué finalidad. En redes sociales y creación de contenidos se trabaja con calendarios de publicaciones, en los que se marca una línea editorial, contenido y periodicidad de las mismas… hay una común denominador a todas las acciones posibles en marketing: planificar, planificar y planificar.
La tarea de control se hace mucho más sencilla partiendo de los documentos de planificación que elaboremos. Si tenemos una buena escaleta del evento, sabiendo lo que tiene que pasar en cada minuto y quién lo tiene que realizar es mucho más sencillo solventar un imprevisto, ya que se puede prever una forma más clara, y por tarto hay una mayor agilidad en la solución. Esto es clave para que todo llegue a buen puerto sin que le cueste el puesto de trabajo a ninguno de los implicados.
Ahora bien, la finalidad de la IMPLEMENTACIÓN es la consecución de objetivos marcados y por ello durante el tiempo que dure hay que ir de la mano de los datos. Tenemos que tener siempre presente qué estamos consiguiendo con lo que estamos haciendo, ya que si vemos que los resultados que estamos obteniendo se desvían de nuestros KPIs tenemos que ser lo suficientemente ágiles para reconducir la situación y de esta forma cambiar la maquinaria para que ésta se ponga de nuevo a nuestro favor y poder conseguir los objetivos marcados. Esto es siempre mucho más fácil cuando nuestras acciones las vamos a llevar a cabo en un periodo largo de tiempo, ya que en acciones puntuales (un evento puntual, una única rueda de prensa…) es mucho más difícil poder reconducir la situación (aunque no imposible).
Por tanto y a modo de resumen, las pautas para hacer una buena implementación son:
- Planificación minuciosa.
- Control de personas y tiempos.
- Control de los KPIs
- Reconducción si fuera necesario.
Esperamos que estas pautas os ayuden con vuestras futuras implementaciones. Si tenéis alguna duda sobre cómo desarrollar acciones determinadas o cómo reconducirlas ya sabéis donde nos podéis encontrar.
Nos despedimos con nuestro post didáctico hasta la próxima semana, pero no sin antes recordaros que solo quién sabe a dónde va elige el mejor camino.
María M. Tubío
Directora de Diseño e Implementación
MarQuid Consulting.