Dentro del mundo de la iniciativa empresarial, todos los empresarios y/o emprendedores pasan por diversas fases, toda ellas de vital importancia para el posterior éxito de la compañía. Una de las primeras decisiones a llevar a cabo es la elección de un nombre y un logo adecuados para la marca y la nueva empresa. Para elegir estos elementos es fundamental tener en cuenta tres simples aspectos:
- El nombre ha de tener un significado, ha de ser algo relacionado con nuestra empresa, negocio o actividad. No puede ser un elemento vacío de contenido, sino que ha de guardar un vínculo con la actividad realizada de manera que nuestros clientes puedan asociarlo sin dificultad.
- Fácil recuerdo. Además de que se pueda relacionar con lo que hace la empresa o lo que se hace en el sector, el nombre ha de ser lo más fácil posible para el consumidor, de tal forma que le evitemos el esfuerzo por interpretar y recordar cadenas de texto complejas, consiguiendo así que el posicionamiento dentro de su top of mind sea mucho más sencillo.
- El logo ha de acompañar al nombre reforzándolo. También tiene que ser un elemento sencillo, a ser posible incluso que se pueda dibujar a mano, que trasmita los valores principales de la marca, tanto a través de la forma como a través del color o colores que lo formen.
Estos tres elementos conjugados, constituyen el soporte de la imagen de marca de la empresa. Esta imagen tiene que trasmitir unos valores acordes a los que se quieren destacar de la compañía y ser coherentes con la personalidad de la misma.
Una vez diseñada la imagen hay que empezar a desarrollar a partir de ésta todos los elementos de soporte que necesitará la empresa para proyectarse en el mercado: carpetas, facturas, presupuestos, plantillas de documentos y presentaciones, así como tarjetas de visita, siendo estas últimas uno de los elementos más importantes dentro de todo el conjunto. Las tarjetas ya no sólo han de ser un medio en el que se dejen los datos de contacto de la persona y la empresa, han de ser en sí mismo un elemento diferenciador. La entrega de una tarjeta de visita diferente puede marcar un punto diferenciador frente a la competencia, y para ello pueden influir muchos elementos: el material con que se realizan, los colores, las texturas, el tamaño, el gramaje del papel… no saliéndonos de la imagen que queremos dar, tenemos que jugar con elementos que nos permitan ser diferentes. Os dejamos en este link una pequeña muestra de lo que se puede hacer.
Después de la papelería otro punto muy importante para seguir trabajando con nuestra imagen corporativa son las tiendas, bien físicas o bien digitales. Las tiendas o ubicaciones físicas si las hubiera, hablan del negocio desde diferentes aspectos: ubicación, tamaño, personal, decoración… cada uno de estos elementos han de ser tenidos en cuenta antes de decidirnos por una u otra opción.
La página web y la presencia en digital también dice mucho de la marca: la web es un elemento imprescindible, no deja de ser el escaparate al mundo de lo que hace la compañía. Lo que sí necesita ser definido con mucho más cuidado es el resto de presencia en digital: ¿necesitamos o no tienda online? ¿es necesario tener presencia en redes sociales? ¿en cuáles? ¿cómo y con qué frecuencia? ¿necesitamos un blog? ¿estamos dispuesto a alimentarlo como es debido? Todas estas preguntas son algunas de las que nos debemos hacer antes de arrancar una empresa y cuyas respuestas han de hacer parte de la estrategia de lanzamiento.
Si además el negocio en el que nos vamos a involucrar es algo novedoso y noticiable, siempre podemos jugar la baza de los medios tradicionales. Lanzar una pequeña nota de prensa con la información sobre qué hace la compañía, cómo y dónde está ubicada, puede ser un punto que ayude a promocionar el arranque.
Una vez decidido qué vamos a hacer, cómo y dónde, hay que “calanderizar” las acciones, marcar tiempos, responsables y objetivos qué conseguirán cada una de ellas, para que de esta forma comenzar a construir la imagen de la compañía poco a poco, siempre estableciendo unas bases sólidas sobre las que establecer una compañía seria.
Estos son los principales pasos para conseguir los objetivos, pero lo que nunca hay que perder de vista es:
- Qué queremos transmitir a nuestro público.
- Cómo queremos que nos vean, en que segmento me quiero posicionar.
- Ser coherente.
- Establecer estrategias acordes a la imagen que se quiere construir.
Desde MarQuid Consulting, como consultores estratégicos de marketing, comunicación y publicidad sabemos que no es una tarea sencilla para llevar a cabo, pero también contamos con la experiencia para hacerlo de una manera eficiente. Si vuestra compañía está en un proceso de lanzamiento, cambio o refuerzo de posicionamiento, podemos ayudarte y asesorarte para que tu trabajo llegue al mejor puerto. Contáctanos en info@marquid.com o vista nuestra web y te ayudaremos.
No nos vamos sin recordaros que sólo quien sabe a dónde va elige el mejor camino.
Directora de diseño e implementación