House of Cards es una de esas series de televisión que muchos críticos incluirían dentro de su top 10 de los últimos tiempos. Y no precisamente porque sea un desborde de imaginación y de efectos especiales, argumentos que han hecho triunfadoras a una buena cantidad de producciones. House of Cards es una exquisita mezcla de talento y realidad que la convierten en el mejor espejo que el mundo puede tener de lo que es la vida política en los Estados Unidos y de todas las situaciones que se generan alrededor de ésta para convertirla en un juego de poder y control. Analizamos como siempre las lecciones de marketing que nos encontramos dentro de las cinco temporadas que lleva en el aire, las cuales se han visto seriamente amenazadas por el que ya muchos denominan “harassmentgate”.
La serie pone en escena la vida del congresista demócrata Frank Underwood, interpretado por el laureado Kevin Spacey y de su esposa Claire, interpretada por la talentosa Robin Wright, una vez transcurridas las elecciones presidenciales en las que Underwood ha jugado un papel fundamental para conseguir la elección del presidente Garret Walker, tras de lo cual espera un nombramiento como Secretario de Estado que no se llega a materializar por decisiones internas del gabinete presidencial. A partir de este momento, todo se convierte en un interesante juego de estrategia en donde cada conversación, cada movimiento, cada mirada y cada palabra tienen un objetivo que obedece a la ejecución de un plan trazado con detalle.
- La estrategia como punto de partida. Es la piedra angular del argumento principal de la serie. Una vez que Frank recibe la noticia de que no va a ser tenido en cuenta para ocupar el cargo de Secretario de Estado, la cual, como es de esperar, no le sienta nada bien, se recluye durante un tiempo en su hogar para pensar y trazar una estrategia. Toma un tiempo prudencial al final del cuál comunica a su esposa que “ya sabe lo que tiene que hacer”. Este es un momento crucial de la historia, porque a partir de este, todos los hechos que suceden hacen parte de la ejecución de un plan y todo tiene sentido para el logro de un objetivo. Solo hace falta ver el primer episodio de la primera temporada para extraer la lección más importante de todas, la planificación es el inicio de todo proyecto; sin una estrategia, no sirven de nada el mejor producto, el mayor presupuesto o los mejores medios ya que estarán irremediablemente condenados al fracaso.
- Las explicaciones a la audiencia. Es una característica de la serie que es de uso recurrente desde las primeras escenas. Frank detiene el tiempo y se dirige a la audiencia para dar su punto de vista de lo que está sucediendo. Tal vez no haga falta una explicación, posiblemente puede ser un insulto a la inteligencia del espectador, sin embargo, Frank detiene el tiempo y narra lo que él como protagonista siente, lo que interpreta, lo que busca en cada momento. Con esto consigue involucrar a la audiencia, hacerle partícipe de por qué actúa como actúa y de alguna manera consigue que se solidaricen con él, a pesar de que sus actuaciones no son siempre una apología a la moral. Conseguir que el público objetivo se ponga del lado de lo que quiere la empresa es uno de los principales objetivos que busca el marketing y conseguirlo no siempre es tan fácil como detener el tiempo para explicar las intenciones.
- El control de las emociones. Si hay algo que caracteriza a la pareja es ese carácter sosegado y reflexivo que les lleva a nunca actuar de forma impulsiva, con independencia de la dificultad que les pueda suponer la situación que viven. Controlan sus emociones de una forma espléndida y gracias a esto se muestran fuertes ante sus adversarios. Si explotaran y agredieran a las personas que les rodean, como muchas veces parece que va a suceder, perderían la batalla. El control de las emociones del público es un objetivo que busca el marketing para generar sentimientos de cercanía y deseo hacia un producto o servicio, un uso adecuado del mismo puede llevar a una campaña a triunfar o fracasar estrepitosamente.
- La influencia como herramienta para lograr objetivos. Todo es un juego de influencias en House of Cards, cada relación y cada contacto son en sí mismos, movimientos en los que se busca influir sobre un tercero para conseguir el cumplimiento de los deseos. Frank y Claire se rodean de personas influyentes, gracias a esto son capaces de conseguir lo que desean, porque saben ejercer la influencia en el momento correcto. Influir en marketing es otra meta fundamental, si conseguimos influir en las decisiones de compra de nuestros públicos, hemos conseguido lo que nos proponíamos, y a partir de ese momento, solo queda fidelizar y mantener una relación comercial.
- El pragmatismo como camino más corto entre dos puntos. Es la característica más acusada de la personalidad de Frank, algunos hasta le tachan de pragmatismo despiadado ya que se centra totalmente en conseguir lo que desea sin perder un segundo en nada que le desvíe. No escatima esfuerzos, pero tampoco pierde tiempo en acciones que no le reportarán resultados. El marketing ha de ser pragmático, una importante condición para conseguir la atención del público que cada vez es más escasa. Por eso ha de ir directo al punto, resaltar la utilidad del producto o servicio, y nunca perder tiempo en mensajes que no estén orientados al objetivo último que es posicionar, vender y mantener.
No sería justo limitar a unas cuantas las lecciones que se pueden encontrar en una serie con tanta vocación al marketing como lo es House of Cards, tan solo hacemos una reflexión de las que entendemos como más evidentes y para hacer énfasis una vez más en que el marketing es un ejercicio de estrategia en el cual todo debe estar cuidadosamente planificado para conseguir los objetivos planteados. No olvidéis que Solo quien sabe para dónde va, elige el mejor camino.
Director de Análisis y Seguimiento