Como os comentamos la semana pasada, en el post sobre la película “La Vida de Pi”, el post de hoy estará dedicado a un libro. Desde MarQuid Consulting queremos rendir homenaje al grandísimo Oscar Wilde y su libro “El retrato de Dorian Gray”, que es mi libro favorito, y por extensión Oscar Wilde también es uno de mis escritores de cabecera; sin dudarlo estaría en mi top three de autores. Podría dar muchos motivos explicando por qué me gusta este libro y este autor, pero especialmente me quedaría con dos: el primero es la atemporalidad con la que está escrito, prácticamente podríamos encontrarnos en el año 2014 buena parte de los problemas que se trazaron a finales del 1800. El segundo es la riqueza y exquisitez del lenguaje de Oscar Wilde, esto lo convierte para mí en un libro que hay que leer, al menos, una vez cada lustro.
Pero como esto no es un blog de literatura, aunque hagamos nuestras pequeñas aportaciones, nos vamos a lo nuestro, al marketing, y vamos a ver qué nos puede aportar esta obra sobre este tema:
- Importancia de la imagen: esta es la columna vertebral del libro, la eterna juventud y la sobrevaloración que dan la mayoría de los protagonistas al exterior de las personas, pasando a un segundo plano el interior.
Este punto me gustaría llevarlo a los productos y al packaging, tema del que mucho se está hablando últimamente y al que las marcas están dando mucha importancia, así como una buena inversión del presupuesto de marketing. Las razones son muy evidentes. Parémonos un momento a pensar en cuando vamos a hacer la compra, ¿cuántas marcas de aceite hay? ¿y de leche? ¿de zumo? ¿de mermelada? Y así podríamos seguir con infinidad de productos… ¿qué nos impulsa a escoger una u otra? No siempre es el precio, sino que en la mayoría de los casos nos dejamos llevar o bien por un conocimiento previo de la marca y en otros muchos por cómo nos la visten. Marketing Directo publicó un artículo muy interesante, que nosotros también recogíamos en nuestras redes sociales de MarQuid Consulting, en el que se presentaban los 17 packaging más hípster:
o los más retro:
Pero sin duda la esencia es entrar por los ojos y diferenciarnos de los demás, para que los consumidores opten por nuestra marca y no por la marca de la competencia.
En el caso de los productos es una labor que siempre hay que tener presente, la cuestión es renovarse o morir. Dorian Gray supo sacar el máximo provecho de esta condición.
- Creación de marca personal: otra lección clarísima que nos deja Oscar Wilde a través de su libro. Dorian Gray gestionó su atractivo y proyectó su persona de tal forma dentro de la alta sociedad, que era el individuo más deseado en todos los círculos. ¿Cómo lo hizo? Primero haciendo valer su hermosura, una de las claves principales dentro de la sociedad en la que le tocó crecer; haciendo valer su atractivo personal, no menor que su belleza; y rodeándose de aquellas personas o mentores que le sirvieron como apoyos para acelerar su proyección. Nosotros somos marcas, la imagen que proyectamos a los demás no debería ser aleatoria, sino que deberíamos cuidarla mucho, sobre todo a nivel profesional: ¿qué es lo que vende de nosotros: nuestra seriedad, cercanía, servicialidad, conocimientos? Tenemos que tener claro qué es lo más valoran nuestros clientes y detectar cuáles son nuestros puntos fuertes, para poder potenciarlos y trabajar de esta forma nuestra marca personal. Esto es una carrera de fondo, y un trabajo que se construye en el período largo de tiempo, por tanto hemos de ser muy pacientes y sobre todo muy conscientes de que el trabajo creado durante tanto tiempo con tanto esfuerzo se puede ir al garete en cinco minutos. Me gustaría compartiros un artículo muy interesante recogido en Puro Marketing sobre este tema: 40 ideas sobre marca personal que deberías tener en cuenta.
- Importancia del círculo de influencia: Dorian sabía con quién tenía que relacionarse, quién era su target y cuáles eran sus objetivos. Esto es lo que tenemos que tener muy claro nosotros con nuestras empresas, productos y servicios. Si sabemos a quién nos dirigimos es mucho más sencillo que sepamos cómo darnos a conocer, cómo promocionarnos y en qué idioma hablar y esto es clave. No sirve de nada ser los mejores y no saber para quién lo somos. Hay que segmentar y discriminar en qué entornos movernos, en cuáles estar presentes y cuáles no nos interesan, porque éstos sólo nos van a generar una pérdida de tiempo y por tanto de dinero.
- Coherencia en el mensaje: este punto podría ser una continuación del punto anterior. Ya sabemos quiénes somos y a quién le interesamos, entonces seamos consistentes y comportémonos como se espera de nosotros. Dorian Gray era una persona de la alta sociedad, (casi) siempre se comportaba (de cara a la galería) como se esperaba de él, era el más educado, el más correcto y siempre estaba dónde tenía que estar, haciendo lo que se esperaba de él. Nosotros como marcas hemos de hacer lo mismo, una vez que encontremos nuestro “lugar en el mundo” hemos de comportarnos como se espera de nosotros, siendo acordes a nuestra “personalidad”. Si perdemos esta coherencia, lanzando mensajes contradictorios y comportándonos de una manera que nuestro target y clientes no esperan de nosotros, podemos pagar un precio muy elevado, que repercutirá de manera muy probable en nuestra cuenta de resultados. Seamos como Dorian y hagamos lo que nuestros clientes esperan de nosotros, hemos realizado un trabajo muy importante para llegar a ellos y no sería inteligente dar pasos hacia atrás.
- No desvelar el secreto de tu negocio: el mejor secreto de Dorian era su retrato, que estaba a buen recaudo y guardado bajo llave durante un buen número de años. Seamos listos, y lo que hagamos bien, nuestro “ingrediente secreto” mantengámoslo a buen recaudo. ¡Ojo! Esto no quiere decir no compartir conocimiento, ni ofrecer información que pueda resultar valiosa para los demás, pero sí tenemos que tener bien guardado aquello que nos haga diferentes y nos dé un valor añadido frente a la competencia. Esto puede ser nuestros recursos humanos, nuestro departamento de I+D+I…pero al final, todas las empresas, bien ofrezcamos productos o servicios, tenemos algo que nos hace especiales y que debemos mantener bajo llave en algún lugar secreto.
Creo que podría escribir, y escribir, y escribir de este personaje, de este libro y de este autor más y más palabras, pero creo que las lecciones básicas de marketing que Oscar Wilde nos lanza son éstas.
De todas formas, me gustaría mucho saber si estáis de acuerdo con estas nociones, tanto si habéis podido leer el libro como si no lo habéis leído. ¿Seguís en vuestras empresas algunos de los principios utilizados por Dorian Gray?
Desde MarQuid Consulting nos despedimos hasta la próxima semana deseándoos un muy buen fin de semana. Recordad que solo quién sabe a dónde va elige el mejor camino.
Maria M. Tubío
Directora de Diseño e Implementación